Previos a nuestra expedición en África
Hay expediciones que surgen del más puro instinto viajero y la sed de nuevas aventuras. Siempre nos había atraído la idea de poder realizar una expedición en África que concentrara buena parte de la esencia africana, en un espacio limitado de tiempo. Y está ruta que nos ha llevado desde la meseta de Ennedi en el Sáhara chadiano, hasta las selvas de la cuenca del Congo en 31 días, ha sido el broche de un sueño viajero y un proyecto vital que comenzó unos años antes.
Aunque en esta ocasión, esta expedición en África no fuera un viaje prospectivo, ya que conocíamos todos los lugares a visitar de la ruta, es cierto que incluimos algunos tramos nuevos para nosotros. Lo cual, de nuevo como es habitual en nuestros viajes africanos, nos llevó a situaciones de verdadera improvisación y aventura, aún más si cabe.
Esta expedición africana suponía también para nosotros el premio a varios años de intenso y duro trabajo, ya que por primera vez habíamos conseguido colgar el cartel de “completo” varios meses antes del comienzo del viaje. Todo un logro para una pequeña agencia construida desde 0 y algo que nunca habríamos podido imaginarnos, ni en nuestras mejores expectativas.
¿Qué esperar de una expedición en África como esta?
Este viaje a través de África central nos ha llevado en 31 días desde N’Djamena hasta Yaounde, recorriendo parte de Chad, Camerún y República Centroafricana.
Una ruta de unos 5.000 kilómetros en los que visitamos la meseta de Ennedi, con sus impresionantes formaciones rocosas y cañones, el Parque Nacional de Zakouma, uno de los mejores y más remotos santuarios de vida salvaje de África y Dzanga Sangha, donde pudimos salir en busca de gorilas de llanura y elefantes de bosque en la selva guiados por pigmeos Baaka.
Transición de paisajes y ecosistemas africanos
En esta expedición en África central, hemos podido contemplar muchos de los ecosistemas del continente africano y una variedad de paisajes muy amplia. Desierto, zonas aridas, Sahel, sabana, bosque de sabana, zonas inundables pantanosas y frondosas selvas.
Y sí, recorrer el mapa africano sobre el terreno no es fácil ni apto para todos. A nadie se le puede escapar, que un viaje como este, que discurre desde el Sáhara a las selvas africanas por algunos de los países menos visitados y con menos infraestructura turística del mundo, no iba a ser un paseo confortable ni unas vacaciones de placer.
En África central no hay nada fácil
Cada kilómetro que se avanza en buena parte de estos países africanos hay que sudarlo, cada control hay que pelearlo y las fronteras hay que sufrirlas. A veces volamos por una perfecta carretera asfaltada y otras veces tragamos polvo y nos reventamos la espalda en pistas infernales.
Cada tarde hay que buscar un sitio adecuado o medianamente digno para dormir, no hay nada programado, donde el viaje nos lleve. Cada campamento hay montarlo y recogerlo y a veces no apetece, el agua hay que buscarla, al igual que la comida. Y sí, a veces el “camino” nos regala abundancia en forma de pescado a la brasa y cerveza fría y otras pan duro y latas de sardinas con vino barato caliente.
Polvo, cansancio, corrupción, estrés, han sido compañeros de viaje y eso no se puede negar. Es el precio que se paga por llegar en un solo viaje de 30 días, a tres de los más remotos y espectaculares lugares del continente africano.
Transición de pueblos y culturas del desierto a la selva
Los habitantes, pueblos y culturas de las zonas por las que ha discurrido esta expedición africana, han sido igualmente amplia y fascinante.
Desde los temidos Tubus del desierto chadiano, ingobernables pastores de carácter fuerte cuando no violento, a los pigmeos Baaka, habitantes de los bosques, tradicionalmente cazadores – recolectores, sometidos y ridiculizados casi siempre por los pueblos bantúes de África central y expulsados de sus tierras por la deforestación que vive las selvas de la Cuenca del Congo.
En las sabanas del centro y sur de Chad el encuentro con cientos de nómadas y millones de cabezas de ganado, fue una de las experiencias más brutales de los viajes que hemos realizado hasta el momento en el continente africano.
Pero para poder llevar a buen puerto una expedición en África con pasajeros como esta, hay que prepararla con mucho tiempo de antelación.
Preparativos de una desafiante expedición en África central
Para esta desafiante expedición africana y para realizar todas las mejoras necesarias al camión, contábamos de nuevo en Kumakonda con nuestro gran amigo y compañero Oscar Lopez. Un auténtico fuera de serie con la mecánica (electricidad, carpintería, etc) y una persona con una capacidad resolutiva y de improvisación realmente únicas.
El equipo de Kumakonda para esta expedición en África central en su parte inicial en Chad lo conformaríamos yo (Alonso) como guía – conductor, responsable de la expedición, Oscar como mecánico y segundo conductor, Aarum como guía acompañante local y Gilbert como cocinero. En los dos viajes que hemos realizado con Gibert se ha ganado el cariño y respeto de todos los viajeros que hemos tenido. Gran cocinero y persona entrañable donde las haya.
Llegada a N’Djamena, capital de Chad
Oscar y yo llegamos a mediados de enero 2020 a N’Djamena, 18 días antes del comienzo de la expedición.
El último viaje que realizamos en camión en el norte de Chad, dejó al descubierto todas las mejoras necesarias que le hacían falta a nuestro camión.
Trabajos y mejoras en nuestro camión
Algunas de las más urgentes eran la de cambiar el tipo de neumáticos y llanta para poder circular con garantías por la arena del desierto. También había que acoplar depósitos extras para gasoil, abrir ventanas frontales para mejor visión de los viajeros, armarios extra interiores y otras cuantas mejoras más extensas de detallar, además de una completa revisión mecánica con su correspondiente puesta a punto.
Óscar y yo habíamos traído bastantes repuestos y materiales a Chad desde Madrid, pero siempre es necesario comprar o acudir a algún taller local en algún momento. Y cualquiera que conozca suficientemente bien África, sabe que eso es una auténtica odisea, muchas veces desesperante y frustrante.
Dos semanas de mucho trabajo, sobre todo para Oscar. Con el paso de los días fuimos avanzando en nuestro trabajo y comenzamos a preparar la logística del viaje, algo complejo cuando se trata de realizar una expedición por áreas remotas de África con un grupo de entre 10 y 16 pasajeros más tripulación.
Tocaba limpieza y recuento de tiendas, material de camping, sillas, colchones, etc, e ir aprovisionándonos de comida no perecedera para el viaje.
Tres días antes del comienzo del viaje, a falta de las últimas compras de productos y comestibles frescos, ya estábamos listos para recibir a nuestros primeros pasajeros.
Misión Católica de Kabalaye
La Misión Católica de Kabalaye es un auténtico oasis dentro de la capital de Chad. Situada estratégicamente en el centro de N’Djamena, muy cerca del mercado central y justo al lado de una animada zona de bares, la Mision católica de Kabalaye nos sirve de cuartel general y base de operaciones en todos nuestros viajes en camión por Chad.
Es un lugar muy básico pero limpio y seguro, donde nosotros y casi todos nuestros pasajeros nos sentimos muy cómodos y a gusto. Especialmente con el buen trato de las hermanas Albertine y Teresa, congolesas de nacimiento, que siempre tienen una sonrisa para todo el que se hospeda en Kabalaye.
La crisis de la cerveza en Chad
Sí, todo anda revuelto en la capital de Chad estos días. No debido a la crisis económica que azota el país desde hace unos años, no por la subida de precios de los alimentos o la falta de pagos de nóminas por parte del estado, no.
En las últimas semanas han sido varias las huelgas en las principales ciudades de Chad. Todas ellas debidas al incremento de impuestos que el estado aplica a la cerveza y su consiguiente subida de precio final. Una subida de cerca de un 30%. Las distribuidoras de cerveza han cerrado, los bares han cerrado y en las calles de N’Djamena se escucha un “no queda una sola cerveza en toda la ciudad”.
Oscar y yo nos las apañamos cada noche para encontrar cerveza. Por supuesto a precio elevado y muchas veces caliente. Pero acaso ¿uno puede concluir una dura jornada laboral sin echar un trago de sangre dorada? Eso no es posible, por lo menos para nosotros. Así que esa búsqueda nos llevo a diferentes y variopintos locales de N’Djamena esas dos semanas. Algunos de ellos muy curiosos, como en el que hicimos la presentación del viaje con todos los pasajeros.
Comienza la expedición en África central. Parte I, viaje a Chad
¡Estamos listos! Todos los pasajeros que formarán parte de la expedición completa ya están en N’Djamena. Los permisos de viaje y las formalidades de los pasaportes están listas también.
El grupo inicial lo componemos 7 españoles, 2 australianos, 1 americano y 1 holandés.
El día 11 de viaje, tras visitar Ennedi, se nos unirá el resto del grupo (7 españoles más) en nuestro viaje por el sur de Chad, Camerún y República Centroafricana.
Pero hay un papel que se nos resiste. La autorización de volar drones. Se acerca el momento de partir y el dichoso papel se resiste en alguna oficina de N’Djamena a ser sellado…
Isaac de Viajes Chavetas y Chema han traído 3 drones acompañados de un impresionante equipo de grabación a Chad, con la idea de filmar Ennedi y Zakouma desde el aire.
Sea como sea volaremos esos drones, eso lo tenemos claro. Pero en África casi todo llega, aunque tome su tiempo. Y así fue, unas horas antes de comenzar el viaje teníamos en nuestro poder la autorización de filmación y uso de drones. ¡Cojonudo!
En ruta hacia Ennedi
Nuestro primer día de viaje en Chad nos ha llevado hasta un bonito enclave de la región de Guera donde montaremos nuestro primer campamento.
Enseguida despertamos la curiosidad de los habitantes más jóvenes del pueblo de al lado. En poco espacio de tiempo, varias decenas de niños observaban con todo detalle todo cuanto acontecía en nuestro campamento. Pero si algo dejó absolutamente fascinado a estos chavales, fue el vuelo de uno de los drones de Chema e Isaac, capaz de alcanzar velocidades “supersónicas”.
Pero la curiosidad era recíproca y a muchos de nosotros nos empezó a atraer el sonido de tambores que provenían del pueblo. Había una gran celebración, y allí nos acercamos no con demasiado éxito, ya que hay ocasiones en África, en las que las ceremonias son de carácter íntimo y las visitas suelen resultar incómodas.
La distancia que separa Ennedi de N’Djamena es de unos 1.400 kilómetros, ruta que se suele cubrir en 3 días, 4 días si se va en camión. La primera parte hasta Abeche, es una buena carretera asfaltada de 900 kilómetros. Después viene una interminable pista a través de un paisaje árido que a veces permite avanzar rápidamente y otras lentamente con mucho cuidado.
Como es habitual en las expediciones en África que realizamos, los lugares donde montamos nuestros campamentos y los lugares donde nos detenemos a comer son totalmente improvisados.
Un día de «buena suerte»
El tercer día de viaje, a las puertas de Abeche, no había comenzado no del todo bien. Nada más arrancar por la mañana, una ramita de nada (más adelante en el viaje, nos veríamos obligados a pasar literalmente por encima de árboles sin romper nada), corto un cable del aire del camión. Algo muy sencillo de reparar pero que ya nos indicaba, que no sería nuestro día de suerte…o tal vez sí.
Tras rellenar nuestros depósitos de agua y realizar algunas compras en Abeche, tomamos la pista que conduce hacia Kalait – Fada y Ounianga. No había transcurrido ni una hora cuando tras “comerme” un enorme socavón, nos dimos cuenta que habíamos partido una de las ballestas maestras delanteras del camión.
Rotura de una ballesta maestra del camión
La avería era muy seria y si no se reparaba suponía que el eje delantero se saldría entero.
Había que encontrar como fuera una ballesta igual en el siguiente pueblo, situado a unos 50 kilómetros. Soldarla no era una buena opción.
Óscar se empleó a fondo para sujetar con cinchas, a modo de vendaje, la ballesta partida y poder llegar al siguiente pueblo. Muy despacito conseguimos llegar al pueblo.
La cara de incertidumbre de algunos pasajeros era un poema, pero estas cosas pasan en las expediciones y siempre hay que contar con algún día de margen en este tipo de viajes.
Lo que parecía un día de muy mala suerte se convirtió en un día de fortuna, ¿porque?:
- Tras mucho buscar y preguntar conseguimos una ballesta idéntica nueva.
- Aunque nos llevó un día completo encontrar y reparar la ballesta, finalmente lo conseguimos
- Tuvimos suerte de romper la ballesta en ese punto del viaje. En Ennedi o en el sur de Zakouma hubiera sido nefasto.
- La reparación fue exitosa y el resto del viaje no volvimos a tener ningún problema mecánico a excepción de 2 pinchazos.
Ennedi, el sueño deseado de muchos viajeros
Al final todo llega. Y allí a lo lejos se mostraban las primeras formaciones rocosas del Ennedi. Uno de los tres platos fuertes del viaje junto con el Parque Nacional de Zakouma y la Reserva de Dzanga Sangha.
La primera noche que pasamos en Ennedi fue realmente memorable. Como hacia viento decidimos situar el camión estratégicamente dentro de los “cinco arcos” a modo de protección del viento. Gilbert nos preparó un plato de cocina local a base de okra, hicimos una gran hoguera, dimos buena cuenta del vino Barón de Madrid e incluso Óscar se lanzó a hacer juegos con bolas de fuego. La atmósfera fue absolutamente mágica durante la noche y el amanecer.
Durante tres días completos fuimos explorando las maravillas que esconde la meseta de Ennedi. Cañones, gueltas de aguas permanentes, oasis, pináculos, inmensos arcos, pinturas rupestres y paisajes de cuento. Todo ello, una bellísima obra maestra de la naturaleza, causada por la erosión del viento y la arena.
El Guelta de Archei
Hay lugares que por mucho que se visitan nunca dejan de sorprenderte, el Guelta de Archei es uno de ellos.
La panorámica del guelta desde la “tribuna” que ofrece una de sus verticales paredes rocosas, es una de las visiones más impactantes de todo el continente africano. Observar las camelladas adentrándose en el cañón hacia las oscuras aguas del guelta, junto con los sonidos que emiten los dromedarios, es una experiencia de viaje que permanecerá mucho tiempo en la memoria del viajero.
Nada más terminar el cañón, las aguas fluyen subterraneamente bajo el lecho del río. Un lecho de blanca y fina arena que nos sirvió de estupendo campamento improvisado la noche anterior.
Explorando Ennedi
Quizás el lugar más famoso de Ennedi y de Chad sea el Guelta de Archei, pero la meseta de Ennedi ofrece un amplio numero de lugares igualmente impresionantes menos conocidas.
Guelta de Bachikele
Tras presentar nuestros permisos de viaje en la prefectura local y bajar la presión de los neumáticos, nos adentramos en el Guelta de Bachikele, conduciendo durante varios kilómetros a través de la fina arena del lecho seco del río, sorteando palmeras y acacias e intentando no quedarnos atascados. A nuestro paso vemos como monos trepan hacia lo alto de las rocas. El Guelta de Bachikele es otro cañón con aguas permanentes donde los pastores semi-nómadas Goran llevan a beber en temporada seca a sus camelladas y también los habitantes de las aldeas de alrededor acuden a por agua y a dar de beber a sus rebaños de cabras y burros. De nuevo somos testigos del recelo que provoca las cámaras de fotos entre los «Toubou».
El incómodo harmatán
A partir de nuestro segundo día en Ennedi un incomodo harmatán hizo acto de presencia y ya no nos abandonaría hasta llegar al Parque Nacional de Zakouma. El harmatán es un viento fuerte y polvoriento muy desagradable que incluso puede llegar a dificultar la visión más próxima . Esto es viento suele ser habitual en temporada seca en África occidental y central. Esto nos llevó durante casi una semana a comer dentro del camión y a montar nuestros campamentos en lugares lo más resguardados posibles.
Ennedi, Patrimonio Mundial por la UNESCO
Continuamos con la expedición africana recorriendo Ennedi.
Nos maravillamos ante cada nuevo lugar que nos detenemos. El arco del elefante, los picos de Ouimina, las extrañas formaciones de Ubaike, el ojo de Tokou o el triple arco.
Ennedi desde lo alto del camión, una experiencia brutal
Aunque al principio la mayoría de los pasajeros eran reacios a ir subidos en lo alto del camión, Óscar se fue ganando la confianza del grupo con el paso de las horas en Ennedi y muchos quisieron experimentar una de las mejores sensaciones del viaje. Como en la baca del camión transportábamos los colchones, Óscar ideo un perfecto y cómodo sofá donde 3 pasajeros podían ir disfrutando de una insuperable vista panorámica. También Óscar ideó un sistema de cinturón de seguridad con las cinchas del camión.
Una de las escenas del viaje sin duda fue ver a nuestro mecánico viajando por Ennedi en lo alto del camión, tirado entre colchones, en bañador y con un paraguas abierto para protegerse del sol…
Hacia el Parque Nacional de Zakouma
Tras recorrer durante tres días la meseta de Ennedi, nos tocaba desandar el camino hacia Abeche y Mongo para continuar con nuestra expedición en África, esta vez hacia el sur de Chad, Camerún y República Centroafricana, donde nos aguardaban dos de los mejores Parques Nacionales de Africa central: Zakouma y Dzanga Sangha.