Pueblos pigmeos de África
En esta parte final del viaje que comenzamos en Chad cuatro semanas antes, nos quedaba acercarnos a conocer uno de los pueblos y culturas más interesantes de toda África: la de los pigmeos, en esta ocasión concretamente los Baaka o Baka.
Mucho antes de la llegada de los pueblos negros bantúes hacia el año 1.000 a.C., en lo más profundo de los bosques ecuatoriales, vivían los primeros habitantes del continente africano: los pigmeos. Siempre fueron nómadas selváticos y no conocieron otro mundo fuera de la jungla.
Los pigmeos son unos de los pueblos más longevos del mundo gracias a la farmacopea de la selva. Actualmente, unos 5.000 pigmeos viven como hace miles de años pero no por mucho. Desgraciadamente hoy en día, ellos viven en un mundo frágil, el cual se va extinguiendo con paso firme, consecuencia de la tala indiscriminada y también de la expulsión de los bosques donde han vivido durante cientos de años.
La característica principal de los diferentes pueblos pigmeos de África central no es , como se podría pensar, la estatura, sino el que son habitantes de la selva con una forma de vida muy primitiva basada en la caza y la recolección y una forma de pensar y de vivir opuesta a la de los vecinos pueblos bantúes.
Diseminados en numerosos y diferentes grupos, podemos encontrar poblaciones pigmeas desde la costa atlántica de África central hasta Ruanda en el este del continente. Aunque hay difeerentes grupos de pigmeos como los Mbuti en el antiguo Zaire (RDC) o los Aka, se cree que todos forman parte de un mismo grupo cultural.
Estos hombres fuera de lo común han despertado curiosidad y admiración desde tiempos remotos.
La imagen de pigmeos ha sido encontrada presente en la proa de los barcos fenicios, en los vasos griegos, los mosaicos de Pompeya y el nombre Akka, uno de los diferentes pueblos pigmeos, fue descifrado sobre una tumba egipcia de la VI Dinastia.
Pigmeos Baaka de República Centroafricana
Continuamos con nuestro viaje a través de África central, esta vez nos adentramos en el bosque anexo a la Reserva de Dzanga Sangha junto varias familias de pigmeos Baaka para conocer su cultura y su forma de vida.
Se estima que en los bosques del sur de República Centroafricana y zonas aledañas vive una población de unos 40.000 pigmeos Baaka, los cuales ya habitaban esta región mucho antes de que los ancestros de los actuales bantúes llegaran desde el Congo – Zaire hace más de 300 años.
Desafíos a los que se enfrenta el pueblo Baaka y otros grupos pigmeos
Los pigmeos son un pueblo de cazadores – recolectores de tradición nómada o semi-nómada y han habitado desde siempre en el interior de los bosques de África central. Pero la deforestación masiva de la selva junto con los proyectos de conservación de la naturaleza llevado a cabo por organizaciones internacionales, han empujado a los diferentes pueblos pigmeos de África central fuera de estos bosques, perdiendo en muchos de los casos su hábitat y su medio de vida ancestral.
En la República Centroafricana al igual que ocurre en Camerún o República de Congo, nos encontramos con diferentes asentamientos de pigmeos junto a las carreteras. En ocasiones estos asentamientos se encuentran a las afueras de algunas poblaciones bantúes, convirtiéndose en guetos marginales.
Acercamiento a la cultura del bosque
Al suroeste de República Centroafricana, en los alrededores de Bayanga, puerta de entrada a la Reserva de Dzanga Sangha, existen algunas poblaciones de pigmeos Baaka. Muchos de estos Baaka, cansados de ser engañados por los Bantúes, empiezan a llevar un estilo de vida más sedentario, basado en la agricultura de subsistencia.
Otras familias combinan la agricultura con salidas más o menos largas al bosque para realizar tareas de caza, recolección y pesca. Pero ya nadie o casi nadie vive en el interior del bosque permanentemente. El drama viene muchas veces, cuando viajamos por las diferentes regiones de esta parte de África central y vemos a pigmeos viviendo en poblaciones bantúes en condiciones de miseria y esclavitud.
Aún con todo esto, estas familias de pigmeos Baaka de República Centroafricana, siguen estrechamente ligadas al bosque, a su cultura ancestral y obteniendo de él, buena parte de lo que necesitan para vivir.
Acompañamos a algunas de estas familias a los bosques anexos a la Reserva de Dzanga Sangha para pasar dos días con ellos y conocer su cultura
Montando el campamento en el bosque
Nos adentramos caminando hacia el interior del bosque siguiendo a las familias Baaka. Tras media hora andando nos detenemos en un pequeño claro en el bosque que suelen utilizar habitualmente para montar uno de sus campamentos provisionales. Este no es un lugar elegido al azar, el campamento se sitúa cerca de un río y en un emplazamiento donde hay abundante caza.
Los pigmeos Baaka están extraordinariamente bien adaptados a la vida en la selva. Observamos como son las mujeres las encargadas de la construcción de las chozas, llamadas mongulu. Rápidamente y con mucha destreza estas mujeres comienzan a cortar arboles finos y de unos tres metros de longitud que servirán de base para la estructura del mungulu. Sobre esta estructura se añaden ramas más finas atadas con cuerdas naturales y finalmente se cubre todo el armazón con hojas grandes. Y así, en casi un abrir y cerrar de ojos, los mongulu de las familias Baaka están preparados.
A nosotros montar nuestro campamento, siendo unas estupendas tiendas fáciles de montar, nos llevaría casi incluso más tiempo…
Pueblo Baaka: cazadores – recolectores
Para los pigmeos Baaka, la selva es un lugar cálido y agradable donde se puede obtener todo lo necesario para vivir. A la hora de buscar alimento, la recolección es tan importante como la caza, aunque como podemos comprobar cada vez que convivimos con ellos en el bosque, su auténtica pasión es la caza. Las mujeres cargan con grandes cestos a sus espaldas, ellas son las encargadas de recolectar plantas medicinales y hojas comestibles con las que preparar salsas.
La caza cotidiana en busca de alimento se realiza mediante arcos y flechas, redes y también lanzas. Cada técnica de caza tiene su propia organización: los arqueros salen en grupos reducidos de tres o cuatro familias, mientras que los cazadores con redes se agrupan en seis o siete familias. La caza con redes, como pudimos observar en República Centroafricana, implica la colaboración de hombres, mujeres y niños.
Acompañamos a los Baaka en una salida de caza con red. Una de las familias tiene un perro, gran ayuda en este tipo de caza. Lo primero que sorprende es la inmensa agilidad con la que se mueven y desplazan en el interior de la selva, por supuesto descalzos, tras ellos, torpemente, les seguimos nosotros. Todo el grupo sabe bien lo que tiene que hacer y cual es su papel en la cacería.
La selva y el mundo de los espíritus
Para los Baaka la selva es su Dios. Dentro del mundo selvático, los animales tienen la misma importancia que los hombres, por lo que atentar contra cualquier tipo de vida en la selva es considerado como algo malo. Los pigmeos no conciben matar más de lo que un cazador necesita para su sustento. En este mundo espiritual, todo comienzo de cacería va precedido por una ceremonia. Es habitual que durante la caza, si no se tiene demasiada suerte, se realice también una ceremonia para ahuyentar a los malos espíritus.
Mientras caminamos, las mujeres van recolectado diferentes plantas, cortezas y frutos. Muchas de estas cortezas, plantas y raíces son utilizados para curar diferentes dolores y enfermedades. Los cuales van depositando en el interior del canasto que llevan a sus espaldas.
Caza con redes
Los hombres van delante intentando localizar alguna posible presa o directamente siguiéndola. Es habitual que los animales se intenten esconder en zonas tupidas del bosque. Alrededor de estas partes de espesa vegetación, se colocan las redes de forma circular. El espacio cercado puede ser de unos 100 metros de diámetro. Una vez que las redes están colocadas y juntas, los cazadores empiezan a hacer ruido y a dar voces. Si en el interior de los matorrales se encuentra alguna presa, lo normal será que intente huir hacia el exterior quedando atrapado en las redes. El perro es de gran utilidad en este momento también, ya que ayuda a que «salga» la presa.
Tras obtener una buena recompensa, se desata la euforia y comienza la fiesta. Los cánticos y gritos hacen presuponer que ha habido suerte.
Para alguien con una cómoda vida como las nuestras, donde todo es tan fácil como acudir a un supermercado y comprar «a la carta» lo que desees, ya listo para cocinar, las escenas que vienen a continuación pueden ser difíciles de ver. Pero es algo natural y básico: supervivencia y alimentación.
Mientras los hombres fuman marihuana y descansan, las mujeres son las encargadas de matar, limpiar, trocear y repartir la presa entre las familias participantes. La partición suele ser proporcional. Si la presa se ha obtenido gracias al perro, este podrá disfrutar el primero del banquete, ya que se le suele dar los testículos de la presa si ha sido macho. También la familia propietaria del perro o la de las redes obtendrá una mayor porción a la hora de repartir. Las mujeres de nuevo, guardan los trozos del animal envueltos en hojas, en el cesto. Continuamos.
Recolección de miel y pesca en arroyos
Otras actividades que los pigmeos Baaka realizan habitualmente son la pesca y la recolección de miel. En época de recolección de miel, son los hombres los encargados de realizar esta tarea.
Las encargadas de pescar son las mujeres y las niñas. Esta actividad se realiza también de una forma muy arcaica. En un pequeño riachuelo, las mujeres bloquean el curso del agua con piedras, ramas y tierra. Mas abajo, en las pequeñas estanques que se han formado al cortar el caudal, las mujeres empieza a vaciarlo con palanganas y las propias manos. Los pequeños peces y pequeños crustáceos quedan atrapados en el barro o escondidos bajo troncos.
Convivencia en el bosque centroafricano con los pigmeos Baaka
Entre actividad y actividad, entre salida de caza, de pesca o de recolección de plantas medicinales, ocupamos el tiempo conviviendo con los Baaka en el campamento. Su vida básica en armonía con la naturaleza es absolutamente fascinante. Resulta increíble ver su perfecta adaptación a un medio tan difícil como este, en el que una persona ajena al bosque no sobreviviría ni dos días seguidos. Ellos consiguen todo del bosque, por ellos es su Dios. Un Dios seriamente amenazado. Quizás asistimos a los últimos coletazos de una forma de vida primitiva y admirable que llega a su fin.
En el campamento, las mujeres cocinan lo obtenido en la caza y en el río. Los hombres fuman marihuana y los niños juegan subiéndose a los árboles. Alguna joven se anima a realizarse un pequeño tatuaje. Llega la noche y con la oscuridad el espíritu del bosque. Asistimos a oscuras a un maravilloso espectáculo sensorial y espiritual, esta vez a ciegas.
Viajes en África central con Kumakonda
En los próximos años en Kumakonda apostamos por seguir explorando y profundizando en esta apasionante cultura del bosque. A partir de 2023 propondremos diferentes salidas en República de Congo, República Democrática del Congo, República Centroafricana y Gabón que nos permitirán conocer las realidades sociales de los diferentes grupos pigmeos y de otros grupos étnicos, además de conocer el patrimonio natural incalculable que albergan estos bosques centroafricanos.