Conseguimos dejar Oncocua por la misma pista forestal que habíamos llegado, y nos desviamos un poco al sur para visitar la zona de Humbe, donde se encuentra un baobab milenario, algunos dicen que el más antiguo de África. Continuamos camino por el sur de Angola después de haber conocido a varias tribus.
Cerca de Humbe, en medio de la nada, conservan algunos tanques abandonados de la guerra civil que azotó a este país desde 1975 hasta 2002. Fue el conflicto más largo de África. Resultó de manera inmediata despues de la descolonización y enfrentó a varios partidos políticos como el MPLA y el FLNA.
Angola ya es un país seguro para viajar, y la gente tiene un carácter muy tranquilo y agradable.

La garganta de Tunda Vala en Lubango
Regresamos a Lubango, la capital de la región, y nos fuimos a visitar la famosa garganta de Tunda Vala, imagen icónica del país. Este impresionante abismo, de más de 2.200 metros de altitud, se trata de una ventana natural con vistas al altiplano de Lubango. La belleza del paisaje es sobrecogedora.

Las comunidades nativas lo consideran “el lugar donde se refugian los espíritus de sus antepasados”, y da nombre al Estadio Nacional de Tundavala, donde se jugó el Campeonato africano de las Naciones de 2010.
Después, volvemos a Lubango para tomar dirección hacia el este, a Namibe, por una carretera espectacular que transcurre por el altiplano atravesando varias sierras, hasta el nivel de mar donde se encuentra Namibe y el desierto.
Sierra de Leba
La primera que se tiene que atravesar es la Sierra de Leba, con las famosas curvas que descienden del altiplano de Lubango a cotas más bajas, es otra de las imágenes más famosas del sur de Angola.

Sierra granítica de la zona de Garganta
La siguiente es la Sierra granítica de la zona de Garganta. Una región muy interesante a nivel de paisaje y en la que se encuentra la tribu de los nguendelengo, donde las mujeres llevan uno de los peinados más curiosos del país.

Tuvimos la suerte de ver como hacían estos peinados a las chicas, utilizando cortezas de árbol para rellenar estas formas que crean con el pelo.
Es muy interesante hacer alguna caminata por la zona para ver el paisaje y, a la vez, para contactar con las tribus de esta parte del país.
Desierto de Namib, sur de Angola
Si se prosigue el viaje hacia el este por esta carretera de variados paisajes, se llega a Namibe, la antigua Moçamedes, ciudad colonial portuguesa. Situada junto a la costa, resulta muy agradable para pasear y comer en un chiringuito al lado de la playa unas buenas almejas cocinadas al estilo angoleño.
Desde Namibe emprendemos la ruta hacia el Parque Nacional de Iona y entramos en el desierto de Namib, donde nos recibe el campo de la extraña planta welwitschia mirabilis más grande del mundo.
Esta planta es endémica del desierto del Namib, tiene las hojas más largas del mundo que las usa para protegerse a sí misma del sol y las altas temperaturas, y crecen 1 mm al año.
En Angola podemos encontrar plantas de hasta 1500 años de antiguedad.

Por otra parte, este bonito desierto tiene dunas gigantes de casi 100 metros que, en algunas zonas, caen directamente al mar. ¡Con suerte se pueden ver leones marinos y oryx!
Vale la pena hacer una noche o dos en el desierto, y, si la carretera y las condiciones lo permiten, intentar pasar por la franja de carretera que está al lado del mar, en un paisaje espectacular, donde las dunas enormes quedan a un lado y la playa queda al otro de la carretera.

Las noches en el desierto fueron inolvidables y el hecho de que las dunas estén tan cerca del mar hacen que este lugar sea único.
Cementerio de Tombua
De vuelta del desierto se puede parar en Tombua y visitar el característico cementerio animista, donde las lápidas son calaveras de vacas puestas de manera escultórica. La riqueza de la persona fallecida se muestra con el número de cabezas que hay en la tumba, algo que a su vez tiene que ver con la vida, ya que allí la riqueza no se mide con dinero, sino con ganado.

Aunque en Angola la religión principal sea la católica (90% de la población), en las zonas aisladas las creencias animistas siguen siendo las dominantes. Incluso gran parte de la población cristiana también conserva parte de estas creencias.
Otra curiosidad de la ruta fue una zona desértica con formas rocosas espectaculares.

Etnia Mucubal del sur de Angola
En esta zona del sur de Angola se encuentra otra de las tribus más numerosas del país, los mucubal, donde los hombres son ganaderos y las mujeres recolectoras.
Como este viaje transcurrió en la época de lluvias, los hombres se encontraban con el ganado cerca del poblado y tuvimos la suerte de convivir con ellos.

Fueron muy amables y nos dejaron acomodar la tienda donde quisimos. Por ejemplo, yo elegí el garaje de la moto del rico del pueblo. El resto de los habitantes siempre le piden el favor de llevarles cuando lo necesiten.


Los mucubal traen al ganado por la noche al pueblo y se queda en el mismo poblado. Ellos duermen en unas “tiendas de campaña» de adobe.

Con estos grandes recuerdos del sur de Angola, volamos de vuelta a Luanda, si bien aún no había terminado nuestro viaje por el país.
Cascadas de Kalandula
Desde Luanda conseguimos ir a las cascadas de Kalandula, las segundas más grandes de África después de las Cataratas Victoria pero con una diferencia muy grande: la infraestructura.
En estas cascadas sientes estar delante de algo grandioso, y al no haber turismo ni infraestructura para la visita, es más impactante.

Espero que esta nueva entrega de nuestro viaje al sur de Angola te haya gustado y te despierte las ganas de conocer este precioso país. No dejes de informarte sobre nuestros viajes en el apartado correspondiente de esta web.