Descubriendo las Islas Bijagos
En este último viaje a Guinea Bissau en febrero de 2018, seguimos profundizando en este país de África Occidental, pequeño en territorio, pero inmenso en diversidad y riqueza cultural. Una de las partes más fascinantes del viaje fue el recorrido que realizamos en las Islas Bijagos.
Este archipiélago, declarado Reserva de la Biosfera, está compuesto por 88 islas, de las cuales sólo 23 están habitadas. Algunas de las islas deshabitadas son consideradas sagradas para los bijagós.
Navegando a través del paraíso natural de las Islas Bijagos descubrimos una naturaleza increíblemente generosa que nos regala un sinfín de paisajes de ensueño, espectaculares playas desiertas, palmerales y bosques tropicales, abundantes aves, delfines, puestas de sol sublimes y la posibilidad de lanzar una caña de pescar obteniendo rápidamente de recompensa una enorme barracuda.
Matriarcado en las Islas Bijagos
Una vez en tierra, caminamos por los pequeños senderos que comunican las diferentes tabancas (pueblos) para conocer la cultura tradicional bijagó, que permanece aún muy viva debido a su aislamiento.
En la inmensa mayoría de las tabancas de las Islas Bijagos se sigue construyendo de forma tradicional, barro y paja. Resulta muy curioso observar cómo muchas de las casas se encuentran elevadas respecto al suelo con la idea de protegerse del agua en la época de lluvias.
La sociedad bijagó es una sociedad matriarcal, siendo las mujeres las que eligen marido y dirigen muchos de los aspectos de estructura social: la economía, la ley, el bienestar o la espiritualidad.
Según cuenta una antigua leyenda bijagó, la vida comenzó así:
“Dios creó una primera isla, llamada isla de Orango, la cual sería el mundo. Más tarde llegó un hombre y su mujer, de nombre Akapakama. Ellos tuvieron cuatro hijas llamadas Orakuma, Ominka, Ogubane y Oraga. Después surgirían los animales y las plantas. Cada una de ellas a su vez tuvo varios hijos y a cada una de estas familias les fue otorgados derechos especiales. A los de Orakuma les fue otorgada el derecho de la tierra y la dirección de las ceremonias que allí se realizaran. También les fue otorgado el derecho de tallar las estatuas de los iras, en donde según el culto tradicional del pueblo bijagó, residen los espíritus. A la familia de Ominka les fue otorgado el mar y por tanto la pesca. A la de Oraga recibieron la naturaleza, con sus campos y palmeras y toda su riqueza. La familia de Ogubane recibió el poder del viento y la lluvia, pudiendo desencadenar así la temporada seca y la de lluvias. Así, las cuatro hijas desempeñarían funciones diferentes pero complementarias y muy importantes.”
Y esta es, según la leyenda, por qué las mujeres desempeñan un papel tan importante en la sociedad bijagó.
En las visitas que realizamos en algunas tabancas de la isla de Canhabaque pudimos conocer a algunos de sus reyes y reinas. Uno de ellos nos mostró uno de sus objetos sagrado. Un tridente, conocido como “mano del rey” que representa la mano de Orebok Ocotó, una de las grandes deidades bijagós. Esta mano del rey está hecha por el propio rey en madera de manglar y tiene tres cuernos de cabra o gacela. Este objeto es utilizado en las ceremonias que preceden a un viaje del rey para que todo salga bien.
En cada tabanca nos encontramos con diferentes balobas sagradas (casas o casetas pequeñas). En ellas se realizan las ceremonias y se guardan las iras sagradas (estatuas talladas en madera) de la tabanca, aunque en muchas ocasiones es el rey o reina también el encargado de guardar estas iras.
En el exterior de muchas casas, colgadas, nos encontramos con las saias, falda tradicional que utilizan las mujeres bijagó en sus rituales y fiestas e incluso hoy en día en su vida cotidiana. Esta se confecciona a partir de las hebras resultantes de golpear la parte leñosa de la liana, luego se anudan a una cuerda que se ata alrededor de la cintura. Dependiendo de si la mujer es adolescente o adulta está será más corta o larga y tendrá un color diferente.
Los hombres se reúnen en la parte del pueblo donde se encuentra el “bar” local, a beber vino de caju (fruto del anacardo). En las islas Bijagos el vino de palma es sagrado y está prohibido venderlo o comprarlo.
En algunas islas como Canhabaque o Formosa se pueden contemplar diferentes bailes y danzas de máscaras coincidiendo con las fiestas o con las ceremonias de iniciación o de fenado (circuncisión) de los hombres, como la impresionante Vaca Bravo. El carnaval de Bijagos está considerado uno de los mejores del continente africano.
En cuanto a naturaleza en el archipiélago de Bijagos existen dos parques naciones, uno es el Parque Nacional Ilhas de Orango, donde en temporada (octubre-noviembre) es posible ver hipopótamos y el Parque Nacional de Joao Vieira e Poilao, donde desovan miles de tortugas, siendo las islas Bijagos el tercer lugar en importancia para el desove de tortugas de todo el Atlántico. El mejor tiempo para ver tortugas desovando es de agosto a noviembre.
En otra de las islas descubrimos la antigua capital portuguesa: Bolama. Esta antigua ciudad abandonada después de la independencia es increíblemente bella, en sus antiguas avenidas pastan rebaños de cabras, los antiguos edificios luchan por mantenerse en pie y sus habitantes viven a un ritmo pausado y tranquilo.
Fuentes:
Guinea Bissau, Aspectos da vida de un povo. Eva Kipp Editorial Inquerito.