Ampliamente extendido por el continente africano, majestuoso, imponente y monumental, el baobab se ha ganado un nivel de respeto que pocas especies pueden igualar en África.
Se cree que los baobabs del continente tienen su origen en Madagascar, desde donde algunas semillas flotaron hasta África, donde dieron lugar a una especie distinta que en condiciones óptimas pueden vivir varios miles de años, hasta cuatro mil aproximadamente, lo que resulta fascinante. Pero el baobab no solamente resulta increíble por su longevidad, también por sus dimensiones, sobre todo las de su tronco, en las que se sabe de algún ejemplar de Zimbabwe donde se han llegado a meter hasta 40 personas en el interior.
En algunas aldeas africanas su tronco hueco se llena de agua y se utiliza como depósito, en el se pueden almacenar más de mil litros de agua. Su aspecto también es fascinante, y son muchos los mitos y leyendas que uno puede escuchar a través de un viaje por el continente, algunas cuentan que un dios enfadado arrojó un baobab desde el cielo y este aterrizó boca abajo. Otras historias cuentan que un diablo arrancó un baobab y clavó sus ramas en el suelo en un momento de despecho.
No menos increíble resulta su capacidad de adaptación y resistencia, lo que le permite ser tan longevo. Si a un baobab se le arranca la corteza, ésta vuelve a crecer, y si se quema, acaba recuperándose. Por dimensiones solo un enorme elefante podría doblegar a este precioso y majestuoso árbol.
A diferencia de la mayoría de los árboles, asombrosamente el baobab tiene muchos más usos cuando todavía esta vivo, algunos de los incontables usos de este árbol, son la fabricación de resistentes cuerdas con su corteza interna, también se obtienen fibras para redes y esteras. Los frutos se emplean como flotadores en las redes de pesca, las cáscaras del fruto, ricas en proteínas se utilizan para alimentar el ganado. Con la semillas se hace un valioso aceite que se emplea para alisar los objetos de barro. Por si fuera poco con el fruto del baobab se pueden hacer deliciosos postres y bebidas.
Ademas de uso material, está su uso espiritual ya que en muchas aldeas y pueblos africanos algunos ejemplares son sagrados, como el de la imagen, en la región de Banfora en Burkina Faso, donde incluso una familia de guardianes lleva custodiando este árbol durante generaciones.
Más allá de sus mitos, leyendas, usos, y de su espectacular presencia, se cree que el baobab se convertirá algún día en la especie de árbol más importante del mundo debido a su gran capacidad de absorber dióxido de carbono.
