Tibesti, última frontera
El macizo de Tibesti es un aislado cataclismo volcánico, compuesto de montañas de roca áspera y desnuda, llanuras interminables de piedras, ríos de lava, acantilados de arenisca que se elevaban precipitadamente desde el suelo, formaciones rocosas inverosímiles, arenales, frondosos oasis convertidos en auténticos prodigios de la naturaleza y caminos tortuosos que impiden avanzar a más de 5 kilómetros por hora. El Tibesti, la más remota e inaccesible parte del Sahara y una de las más aisladas regiones del planeta. Conocido como el techo del Sáhara con sus volcanes de más de 3.000 metros y sus sobrecogedoras calderas volcánicas como el Trou de Natron, el laberinto volcánico del Tibesti ofrece una experiencia brutal de viaje.
El paisaje del caos
Paisajes lunares totalmente desolados e impactantes, en los que habitan los temido Tubus (gentes de la montaña), rudos entre los rudos. Todo ello acompañado de un «ambiente» de auténtica fiebre del oro que hace de esta región, una verdadera última frontera.
Repartidos por todo el Tibesti se hayan innumerables yacimientos de grabados y pinturas rupestres, los cuales con sus nítidas imágenes nos cuentan el severo cambio climático que ha sufrido la región.
Viajar a Tibesti
A más 1.200 kilómetros de la capital N’Djamena, en el aislado noroeste de Chad y haciendo frontera con Libia y Níger se encuentra el espectacular Tibesti, una remota cadena montañosa volcánica de 380 km de longitud, la cual es la menos visitada parte del Sáhara y por supuesto la más desconocida.
De muy difícil acceso y sujeta a restricciones de viaje, el Tibesti fue una región prohibida durante largos periodos de tiempo debido a sus guerras y conflictos y fuera del alcance de todos los viajeros.
Hoy en día, se puede visitar con la debida precaución y siempre con una mentalidad abierta al cambio de planes. No sabemos cuánto tiempo puede durar esto, por lo que animamos al lector que tenga interés en visitar esta remota parte de África a unirse a una de las ultimas expediciones de verdad que quedan en nuestro planeta.
Montañas de Tibesti, el techo del Sahara
La región de Tibesti alberga los picos más altos del Sahara, entre los que se encuentran el Emi Koussi (3.445 m), Pico Toussidé (3.313 m), Tarso Voon (3.100 m) y Tarso Toon (2.625 m). Una vez que se asciende hacia el Trou de Natron desde Zoua, la altitud media del recorrido por Tibesti ronda los 1.300 – 1.500 metros de altitud
Nuestro viaje a Tibesti, expedición 2022
Dejando atrás N’Djamena, capital de Chad, el asfalto desaparece en las primeras horas de viaje. Más allá esperan 4.000 kilómetros de viaje a través de pistas de arena, tierra batida o directamente de rocas. Tras dejar atrás Masaguet y Massakory, ciudades bien conectadas por asfalto desde la capital, la ruta nos lleva hacia Mao, capital del sultanato de Kanem – Bornou.
En Mao se respira un ambiente medieval e histórico como en muy pocas ciudades de Chad. Su impresionante mercado esta magníficamente bien surtido con productos procedentes de Libia, Ndjamena (Camerún), Niger y el Lago Chad.
En esta región de Kanem, especialmente en la ruta de Mao a Libia es posible encontrar las imágenes icónicas de los viejos camiones Mercedes cargados hasta lo inimaginable con mercancías de Libia y sobre ellas a decenas de pasajeros.
Intentamos un encuentro con el Sultan de Kanem – Bornou pero por desgracia no se encontraba en la ciudad.
En próximos viajes intentaremos de nuevo conocer en persona al actual sultán de Kanem-Bornou, un imperio africano precolonial que floreció en los territorios de Chad, Nigeria, Níger, Libia y Camerún. Su existencia durante un milenio también la convierte en una de las civilizaciones africanas más longevas y por lo tanto un punto de interés en nuestros viajes a Tibesti
Junto a la frontera con Níger
A partir de Mao la pista que lleva hacia el Tibesti se vuelve difícil e inhóspita y discurre serpenteante hacia la frontera con Níger. Son muy escasos los vehículos que nos cruzamos en esta remota parte de Chad, solamente algunos camiones que transportan pasajeros y mercancías provenientes de Libia.
La dureza de estas tierras se nos muestra con toda crudeza ante nosotros en estos primeros días de viaje. Detenemos nuestra marcha en varias ocasiones ante camiones que han quedado averiados en la ruta. Llevan varios días parados en mitad de la nada, sobreviviendo con lo justo y escasos de agua. No saben cuando podrán salir de allí ni forma de poder comunicarse con los propietarios del camión, los cuales están en Zouar a más de 700 kilómetros de distancia. Junto al camión, protegiéndose de un fuerte harmatán, mujeres, bebes y ancianos confían su suerte a Allah y esperan indefinidamente a que alguien les pueda sacar de allí.
La larga travesía del desierto
En la apartada ruta del desierto que une Mao de Zouar, unos 1000 kilómetros, no hay prácticamente nada. Solamente un par de poblaciones de cierta envergadura, cruce de caminos, que sirven para comprar algunas provisiones, rellenar agua y en el caso de Soultou, principal población de la ruta, poder repostar los vehículos con combustible de Libia. En este largo tránsito desde el Sahel a las infinitas planicies desérticas disfrutamos de algunas puestas de sol mágicas y de algunos encuentros con amigables pastores Daza.
Soultou, localidad de frontera
Llegar a Soltou fue como hacerlo a otro planeta. Ese día el harmatán era terrible y dificultaban la visión y el simple hecho de poder dar un paso fuera del coche. Aún así, la parada de un par de horas en esta localidad situada a no más de 10 km de Níger fue tremendamente interesante.
La atmosfera creada por la niebla de polvo, los nómadas, los vehículos abandonados procedentes de Libia y las casas desperdigadas aquí y allá, ofrecían unas imágenes espectrales.
Como es habitual en todos los viajes en Chad que realizamos, cada dos o tres días toca reponer combustible, alimentos frescos en caso de haberlos, agua y comprar algún lujo asiático como una coca cola medianamente fresca. Además al ser una localidad con cierta importancia estratégica, tuvimos que presentarnos ante las autoridades locales y presentar los permisos de viaje.
Continuamos viaje a través de interminables llanuras arenosas salpicadas de dunas hasta el Enneri (rio seco) Erkoub, buscando la protección de los vientos junto a algunos árboles. La protección y camuflaje que ofrecen los numerosos arboles y dunas del Enneri Erkoub habían servido de puestos militares en las diferentes guerras de Chad. Como pudimos comprobar también había restos muy recientes de los combates que se libraron en 2021 entre rebeldes y ejercito.
Los Enneris es como se conoce al cauce de los rios secos en el Tibesti. En árabe y en el resto de Chad a estos cauces secos se les llama Wadis o Ouadis. En ellos siempre encontramos pozos donde poder abastecernos de agua limpia, muchos de ellos un simple agujero en el suelo.
Tras varios días de largo viaje llegamos al Ehi Atroun, lo cual nos indicaba que no estábamos muy lejos de las montañas de Tibesti. Ya muchos de nosotros pensábamos en el primer plato fuerte del viaje: el Trou de Natron
Ehi Atroun
El Ehi Atroun es un enorme monolito de piedra situado en una vasta planicie desértica. Este monolito en cuyas paredes encontramos diferentes yacimientos de grabados rupestres ha servido durante tiempos inmemoriales de baliza y punto de referencia en el desierto. Algunos dicen que tienen un cierto aire al Uluru de Australia
Erg Bilma
Tras varios días de paisajes monótonos, solamente rotos por algunos wadis, algunas poblaciones y el Ehi Atroun, llegamos a una espectacular cadena de dunas: el mítico mar de arena proveniente de Níger de Erg Bilma. La ancha pista que une, ya en este tramo, Faya con Zouarke y Libia, discurre a través de bellas y estilizadas dunas color dorado.
El cañon de Zouar (Enneri Zouar)
El Enneri Zouar es en mi opinión el valle fluvial más pintoresco, hermoso y quizás también importante de todos cuanto conocemos del macizo de Tibesti. Después de 5 largos días de travesía a través de los caminos solitarios del Sahel y de interminables planicies desérticas, llegar al cañón de Zouar con su abundante vegetación y sus increíbles formaciones rocosas fue absolutamente maravilloso. Estábamos entrando en el macizo de Tibesti.
Harían falta varios días para explorar este encantador valle de Zouar pero la falta de cualquier tipo de información sobre él y la incertidumbre de lo que vendría después en una expedición tan exigente como esta del Tibesti, hicieron que sólo pasáramos una tarde y una mañana en el cañón de Zouar.
Zouar y Zouarke
Tras hacer de nuevo acopio de agua, gasoil y alimentos frescos en Zouar y Zouarke pusimos rumbo hacia las profundidades del laberinto volcánico del macizo de Tibesti. La sensación de llegar a la población de Zouar con su gran mercado lleno de productos, sus restaurantes, sus bares y hasta su ciber café, fue como la de quien llega por primera vez a una ciudad después de vivir en el campo. Algunos pasajeros se hicieron acopio también de mantas para las frías noches de Tibesti.
Tanto Zouar como Zouarke tienen una gran parte de sus comercios dedicadas a la compra venta de oro y a suplir todas las necesidades logísticas de los mineros. Además Zouarke es un impresionante centro de transportes, sin duda uno de los ejes principales de comercio de todo el Sahara. A partir de Zouarke la ruta se divide en dos, la primera muy complicada, lleva hacia Bardai a través del Trou de Natron y la otra principal hacia Libia y Bardai, apta también para camiones
Ruta de Libia a Chad: camioneros
Una de las rutas comerciales más transitadas del Sáhara, es la que conecta Sabha en Libia con Mao, Mossouro y/o N’Djamena en Chad a través del Tibesti. Decenas de camiones suministran de productos libios (azucar, té, carburantes, comidas envasadas, maquinaria, etc.) el norte y centro de Chad, un país sin salida al mar y con pocos recursos (el sur es suministrado desde Douala, Camerún). Aún hoy en día, con todos los problemas que atraviesa el país, Libia sigue siendo el referente económico de toda la región. La remota ciudad de Zouarke también se encuentra sorprendentemente muy bien surtida de productos, alimentos frescos, y dispone incluso de electricidad y Wi-Fi, algo insólito en esta parte del mundo. Son muchos los camioneros que en Zouarke se detienen para reponer fuerzas y continuar a través de las arenas, hacia el sur del país.
Una ruta que les lleva unos 20 días, si todo va bien y no surgen problemas.
Cada chófer de camión dispone de dos ayudantes que se encargan de cocinar, preparar té, solventar pequeños problemas mecánicos y de bajar y subir la presión de los neumáticos, principal actividad cuando se circula por el desierto. Los chóferes descansan a la sombra del camión, mientras, bajo un sol de justicia, el ayudante, cocina un pequeño guiso compuesto de okra y tomate seco.
Las leyes no escritas de esta parte del mundo dicen que los conductores serán normalmente de origen sudanés y los propietarios de los camiones de origen Tubu.
Pista hacia el Trou de Natron
Tras el ultimo puesto de control la ruta asciende hacia el Trou de Natron por un camino enrocado que discurre a través de cauces secos, barrancos volcánicos y llanuras de rocas.
Primero de frente y luego a nuestra izquierda el pico Tousside con sus 3.313 metros es el segundo pico más alto del Sáhara. A sus pies el agujero del Trou de Natron. En la marcha ascendente otro gran pico se nos mostraba a nuestra derecha, el pico Botoum, también impresionante
Nos llevó muchas horas cubrir las pocas decenas de kilómetros que separan Zouarke del borde del cráter del Trou de Natron, de hecho, llegamos a un pequeño refugio – campamento situado cerca de la caldera ya bien entrada la noche. Como se puede ver en las imágenes, este tramo de pista tiene una dureza y una dificultad brutal. *Tres primeras imágenes cortesía de nuestro compañero de viaje y fotógrafo Javier Herranz Casellas, podéis ver su trabajo anterior realizado en Chad y en otros muchos destinos pulsando aquí.
Caldera del volcán Trou de Natron, el abismo
A los pies del Pico Toussidé (3.313 m), segundo volcán más alto del Tibesti, se encuentra uno de los lugares más espectaculares de Tibesti y de todo Chad es la caldera del volcán Trou de Natron.
Si uno mira una de nuestras fotografías de dron, verá como de la amplia meseta surge un impresionante abismo de 800 metros de caída.
La caldera del Trou de Natron mide 8 kilómetros de ancho y 700 metros de profundidad . La mancha blanca que aparece (fotografías) en el fondo del cráter es natrón (carbonato de sodio), disuelto de los materiales volcánicos por el agua que se evapora de la lluvia intermitente.
Los pastores Teda que habitan estos remotos paisajes del Tibesti, descienden con burros al interior del Trou de Natron donde obtienen el Natron. Después muelen el natrón y lo mezclan posteriormente con la comida de los camellos, supuestamente para fortalecerlos.
En el interior del cráter del Trou de Natron encontramos además tres espectaculares conos de ceniza oscura que emergen del fondo blanco. Uno de ellos, el más espectacular es un perfecto cono truncado de 100 metros de altura. En los alrededores de estos conos encontramos aguas termales que nos indican que todavía quedan restos volcánicos activos en las profundidades.
Nadie sabe cuándo ni cual fue el origen del Trou au Natron, si una erupción gigante lo creó, un hundimiento o ambos. Los depósitos en lo alto de las laderas sugieren que alguna vez tuvo un lago de quizás 500 metros de profundidad, evidencia de los cambios dramáticos que ha experimentado el Sahara.
Descenso al interior de la caldera del Trou de Natron
El descenso y posterior ascenso del Trou de Natron so es apto para todo el mundo. De los 12 viajeros que íbamos, sólo 5 conseguimos realizar la caminata completa de bajada y subida, no sin dificultades.
Muy temprano en la mañana, después de desayunar, abandonamos nuestro campamento situado a 2.230 metros de altitud. A diferencia de lo que pensábamos, la noche no fue especialmente fría.
Nos llevó unas tres horas descender al interior de la caldera a través de un pequeño sendero que discurre en el colosal acantilado volcánico. Este sendero ha sido hecho por los pastores locales que acuden con sus burros a extraer el natrón. Un sendero abrupto que cubre un desnivel de 785 metros en zigzag.
El descenso no implica grandes dificultades ya que se realiza a primera hora del día, cuando el calor y el sol todavía no es demasiado fuerte. Una vez abajo, la arena y el natrón dificultan los movimientos y el calor comienza a ser implacable por lo que es conveniente dosificar fuerzas y tomar cierto descanso.
Después de una breve visita y tras el largo ascenso de vuelta que nos esperaba, iniciamos el regreso bajo un sol de justicia, lo cual resultaba agotador. Quizás una buena idea sería hacer noche abajo y disfrutar de las aguas termales del Trou de Natron.
Debido a la indisposición de uno de nuestros compañeros de viaje, la subida nos llevó algunas horas más de lo previsto, llegando de nuevo al campamento a última hora de la tarde. Eso sí, disfrutamos de una estupenda cena a base de cabra a la brasa y un estupendo puré de patata que preparó una de nuestras pasajeras
La ruta del Trou de Natron a Bardai
De nuevo continuamos la marcha con nuestros vehículos a través de un paisaje insólito, realmente espectacular. Como ya sería una constante en el Tibesti, la pista por llamarla de alguna manera, era un auténtico infierno que ponía a prueba constantemente la resistencia, tanto a los vehículos, como a choferes y pasajeros. Algunos viajeros decidían estirar las piernas y continuar caminando, total se iba a la misma velocidad.
La garganta de Oudingueur
La ruta hacia Bardai, corazón del Tibesti desciende hacia la sinuosa garganta de Oudingueur. La pista se abre paso a duras penas hacia su interior
El Enneri Oudingueur es uno de los principales cursos de aguas subterráneas en esta parte de Tibesti. Aguas que han tallado un estrecho desfiladero entre las paredes de arenisca y los campos de rocas volcánicas. En la garganta de Oudingueur al igual que el cañón de Zouar, el valle de Gonoa o en el de Bardai, por poner algunos ejemplos, se hayan multitud de yacimientos de arte rupestre, lo cual supone un auténtico paraíso para cualquier aficionado al arte. Nosotros decidimos parar en el de Gonoa, el más importante de todo Tibesti.
Zonas minadas de Tibesti
Han pasado más de 30 años y algunas partes concretas de Tibesti, continúan salpicados de piedras pintadas de rojo y blanco (rojo zona minada, blanco indica la zona segura) que indican la presencia de minas terrestres colocadas en las diferentes guerras y conflictos de la zona. Son varios los tramos en este trayecto desde el Trou de Natron a Bardai en los que encontramos estas señalizaciones de zonas minadas junto al camino
Yacimiento de Gonoa, arte rupestre en Tibesti
Más de 700 grabados de diferentes épocas componen el yacimiento de Gonoa. De entre todos estos grabados es el famoso «Hombre de Gonoa» el que ha despertado más curiosidad. Este grabado representa un «cazador enmascarado» de casi dos metros de altura. La hipótesis es que el «período de los cazadores» en Gonoa comience alrededor del año 5000 a.C.
Los temas representados en las paredes rocosas de Gonoa son animales salvajes como elefantes, jirafas y rinocerontes y animales domésticos. También hay figuras humanas. En Tibesti son incontables el número de yacimientos con grabados. Cualquier parada en la ruta donde haya rocas muestra un buen número de ejemplos de arte rupestre.
Bardai, capital de Tibesti
Habitada desde la antigüedad y más tarde base militar, la prospera localidad de Bardai está situada en un espectacular enclave a mil metros de altitud, junto a inmensos palmerales y dramáticas formaciones rocosas. Este imponente valle fluvial es el único que tiene un cultivo más o menos importante de palmeras datileras y una población significante permanente, junto con Zouar, Yebbi Souma y Yebbi Bou. De hecho, en Bardai es posible encontrar alguna que otra urbanización e incluso algún edificio de varias plantas, suponemos que para altos funcionarios y grandes comerciantes.
Las surtidas tiendas y puestos de Bardai están repletas de productos que vienen de la cercana Libia, mucho más accesible que la capital chadiana. Bardai es un lugar muy agradable para pasear y tomar contacto con la población de Tibesti. También incluso para tomar alguna cerveza, que aunque parezca increíble, aquí llegan. Eso sí a unos 5 euros la botella.
A diferencia de lo que uno se podría imaginar, los habitantes de Bardai son extremadamente simpáticos y siempre nos saludan e invitan a tomar fotografías, algo poco habitual en el norte de Chad
Los alrededores de Bardai invitan a perderse durante varios días, por donde mires surgen hermosas formaciones rocosas, cañones y palmerales. Al ser una zona históricamente complicada y estratégica en las pasadas guerras y por lo tanto en la que posiblemente se haya minado el terreno, preferimos no alejarnos mucho de la ciudad para montar nuestro campamento.
Enneri Zoumri
Tras dejar Bardai nos adentramos en el valle de Enneri Zumri. Hermosos paisajes salpicados de poblaciones tradicionales Teda y oasis de un verde radiante. La pista discurre esta vez a través de imponentes gargantas de arenisca donde nos detenemos a caminar y tomar fotografías. De nuevo y como sería la constante durante el viaje, el harmatán nos dificultaba la visión y cualquier tipo de paseo. Un harmatán más fuerte y duradero de lo habitual y que en esas mismas semanas llegaría a Europa cubriéndola de polvo.
Del Enneri Zoumri a Yebbi Souma. Los temidos Teda
Tras pasar la garganta de Zoumri llegamos a la población de Yebbi Souma. De nuevo el paisaje se volvía áspero, desolado y brutal Las construcciones tradicionales Teda de esta parte del Tibesti consisten en casas circulares de piedra y tejados fabricados con ramas. Además encontramos algunos excepcionales ejemplos de rocas con multitud de cilindros basálticos.
A diferencia de Bardai, situada a solo unas horas de viaje, la atmosfera con la población local comenzó a ser diferente. Especialmente con sus jefes de zona. Tras algunas negociaciones y algún desencuentro en la localidad de Zoumri, continuamos viaje hacia Yebbi Souma, situado junto a un espectacular acantilado.
A partir de Zoumri el estado chadiano tiene poco que decir. En una geografía tan remota y abrupta como esta se hace totalmente tener el control del territorio si sus habitantes se ponen en contra. A diferencia de otras partes del Sahel y del Sahara, aquí el conflicto no tiene nada que ver con el integrismo religioso, de hecho, los terroristas están muy mal considerados en esta región y en todo Chad. Esto es un problema exclusivo, de un pueblo que se siente independiente y quiere disponer de sus recursos naturales.
Tubus, rebeldes y minas de oro
A los habitantes del Tibesti se les conoce como Tubus (pueblo del Tibesti). Hoy en día, la palabra Tubu o Toubou (en francés) sirve para categorizar a la mayoría de habitantes del norte de Chad (Ennedi, Bourkou y Tibesti). Concretamente los habitantes del Tibesti son de la etnia Teda mayoritariamente. Sus sociedades se basan en clanes patrilineales, los cuales se reparten los oasis, los pastos y los pozos.
Los Tubus son una etnia que vive principalmente en el norte de Chad, pero también en el sur de Libia, noreste de Níger y oeste de Sudán. Aunque tradicionalmente han sido pastores y nómadas, en el Tibesti muchos se dedican actualmente al negocio del oro.
La dura vida de los pastores y los nómadas, la escasez de pastos y de agua hacen que muchos habitantes de Tibesti hayan cambiado sus rebaños de dromedarios por camionetas 4×4, teléfonos vía satélite y toda la equipación necesaria para extraer oro de las minas artesanales.
Consecuencia directa de la extrema dureza geográfica en la que habitan, los Tubus son personas individualistas, infatigables y con un carácter fiero e indomable.
Milicias de «Auto – defensa» de Tibesti
Este carácter indómito de los Teda del Tibesti les ha llevado en los últimos años, después de que se encontrara oro en la región, a crear los auto denominados grupos de autodefensa, los cuales, según algunos de sus miembros, no se consideran ni chadianos ni libios. Milicias que controlan los accesos a las minas y a los enclaves estratégicos de Tibesti y que llevan años causando muchos quebraderos de cabeza al gobierno central de Chad.
Nosotros nos encontramos en varias ocasiones con estas milicias, alguna más simpática que otras, pero siempre origen de incertidumbres y nerviosismo entre nosotros, por lo que decidimos cambiar el itinerario de nuestro viaje original para evitar todos los controles de las minas de oro de Minsk
¿Qué ocurre en Tibesti?
Cuando uno viaja por estas complicadas tierras y empieza a conocer cuáles son los motivos de origen de estos grupos de “rebeldes”, quizás se pueda sentir cierta empatía con ellos.
Desde 2012 el auge del oro en la región ha atraído a comerciantes, miles de mineros provenientes del centro y sur de Chad y de otros países vecinos, soldados y desertores del ejército chadianos, rebeldes chadianos y sudaneses, todos buscando sacar provecho de las ganancias inesperadas y rápidas que ofrece la extracción del oro.
La contaminación causada por la minería artesanal a base de mercurio, la falta de infraestructuras en todo Tibesti y un estado chadiano que no es capaz de garantizar unos mínimos servicios a sus habitantes, han hecho que las milicias de autodefensa cuenten con todo el apoyo local de la población Teda.
El control y la gestión de los recursos, el problema eterno del continente africano
En estos últimos tiempos, de tanto en tanto, en las zonas de extracción de oro de Tibesti, aumentan las fricciones entre el estado chadiano, los mineros de oro y la población local de la etnia Teda.
La llegada masiva de forasteros atraídos por el oro, nos cruzamos con un buen número de camionetas cargadas con mineros, la creciente militarización de la región y la profunda desconfianza de la población Teda hacia las autoridades centrales, han contribuido a los últimos conflictos del Tibesti.
Yebbi Bou y el cambio de planes
A medida que uno se acercamos a la región de Miski, zona minera por excelencia, a través de Yebbi Souma y Yebbi Bou, estas tensiones fueron especialmente evidentes en los check points de las milicias de auto defensa. Sobre todo en Yebbi Souma, donde tras visitar el espectacular Enneri que pasa junto a la pequeña población, nos encontramos un gran puesto de milicias.
Las negociaciones continuas hicieron que ese día avanzáramos más lentos de la cuenta por lo que tuvimos que montar el campamento en una zona desolada, abierta a los vientos y a casi 2.000 metros de altura. De nuevo se nos presentaba una noche difícil. El no tener cobijo ante los vientos significa que los cocineros tendrán muchas dificultades para realizar su trabajo, que todo se volará incluidas tiendas de campaña y que la noche se hará larga de narices, ¿habíamos dicho que esto era una gran aventura?. ¡Esto es Tibesti!
La población de Yebbi Bou, con sus numerosas casas de estilo tradicional, se encuentra situada sobre un abrupto acantilado. En las profundidades del valle se encuentra un frondoso palmeral y un pequeño riachuelo.
Las antiguas poblaciones de Yebbi Bou y Yebbi Souma se localizaban en el interior del valle, pero ahora sus habitantes, han preferido situarse en la parte alta de la impresionante falla geológica.
Tras presentarnos antes las autoridades locales y charlar sobre la situación de la ruta hacia Miski y el Emi Koussi (sur), decidimos cambiar radicalmente nuestro plan inicial y proseguir hacia Gouro (este).
Tibesti oriental, hacia lo desconocido
Este cambio de planes suponía que ninguno de nosotros, incluidos equipo local, había transitado por la nueva ruta y que tendríamos que ir descubriendo el itinerario nosotros mismos sobre la marcha.
Nada más abandonar Yebbi Bou y su pequeña pista de aterrizaje (utilizada como aeropuerto local) con un viejo aeroplano derribado, el camino por llamarlo de alguna manera, se volvió indescriptiblemente difícil. De nuevo tocaba transitar por algunos pasos de montaña pedregosos a más de 2.000 metros de altura, rodeando el volcán de Tarso Guezendi, más aptos para cabras que para 4×4. Eso sí, sin duda, merecía la pena el esfuerzo. El espectáculo era grandioso.
La nueva ruta nos ofrecía los más abrumadores paisajes volcánicos vistos hasta el momento a la vez que un continuo desafío para los choferes que tenían que demostrar sus mejores habilidades al volante a cada metro recorrido.
Las imponentes panorámicas se sucedían recodo tras recodo hasta que llegó a última hora de la tarde fuimos descendiendo por la enrocada pista hasta una gran meseta conocida como Brague. Con los últimos momentos de luz del día decidimos hacer noche junto a una pequeña vaguada situada a 1.800 metros de altura, única protección posible contra el viento que vimos en los alrededores.
Este cambio de planes nos había salido redondo, todo el grupo estábamos cansados pero muy emocionados ante el nuevo e impresionante recorrido. No sabíamos que al día siguiente nos esperaba un día más impresionante aun si cabe.
Tassili Kezen, los paisajes soñados del Tibesti
La meseta de Brague es la transición entre los paisajes volcánicos de las montañas más abruptas de Tibesti con las más bellas escenas de fantasía formadas por acantilados, arena y roca de arenisca.
Todavía no sabíamos a primera hora del día, la increíble sorpresa que estábamos a punto de contemplar.
La pista se volvió algo más transitable y comenzó a descender a través de una llanura de piedra volcánica negra hasta llegar a un acantilado que nos mostraba lo que se nos venía ante nosotros: el Tassili Kezen, los más conmovedores paisajes del Sahara chadiano. Un mar de arena y dunas salpicado de las más impactantes formaciones rocosas. A nuestra derecha, el polvo del harmatán que a primera hora del día nos daba un respiro, se dejaba ver la silueta del Emi Koussi, techo del Sahara con sus 3.415 metros.
Una gran cresta de arenisca cortaba dos espectaculares dunas, a la vez que unía dos enormes montículos de roca oscura. Esta cresta se ofrecía como el más espectacular de los balcones posibles, donde contemplar el inmenso Tassili Kezen
Durante todo el día fuimos recorriendo el fascinante Tassili Kezen, deteniéndonos a cada paso a tomar fotografías y adentrándonos aleatoriamente en impresionantes cañones que se intuían como las estribaciones orientales del Emi Koussi. El color de la arena fue pasando del dorado al blanco terminado en dunas rojas al final del Tassili.
Ouadi Drosso y la salida del Tibesti
Continuamos viaje descendiendo lentamente desde la meseta del Tassili Kezen hacia Gouro primero a través del Ouadi Magan y luego del Ouadi Dross. De nuevo algunas poblaciones volvían aparecer en nuestro camino y con ello las posibilidades de rellenar el escaso agua que nos quedaba en algún pozo.
No muy lejos de Bini Erda nos tomamos un descanso en el pozo de Muioyanga, donde nos encontramos con un grupo de buscadores de oro y con la que pude compartir una interesante conversación sobre el negocio del oro en tierras de Tibesti
Gouro, la más bella población de Chad
La llegada a Gouro, fue de nuevo espectacular. Desde el puesto de control de los militares se podía contemplar la hermosa población situada bajo impresionantes dunas y acantilados y en mitad de un inmenso palmeral. Ciudad que, tras pasar la noche, tendríamos oportunidad de recorrer en profundidad.
La población de Gouro, estratégicamente situada en las rutas de Ounianga – Kufra (Libia) – Tibesti y Faya lleva sufriendo la despoblación durante los últimos tiempos. La desertificación imparable y la búsqueda de un futuro mejor en Libia o en Ndjamena hacen que muchas de sus casas se encuentren enterradas en la arena.
Con el gasoil justo para llegar a Ounianga Kebir emprendimos de nuevo viaje.
Ounianga «Grande»
La localidad de Ounianga Kebir con su impresionante lago rodeado de dunas y palmeras era el retorno a una zona ampliamente conocida por mi y por el equipo local. Ya sólo quedaba volver a Ndjamena, por delante un largo trayecto de varios días pero igualmente interesante. Antes de emprender el regreso disfrutamos de un estupendo baño en un estupendo spa natural
La ruta de las caravanas y ruta de los pozos
La ruta de las caravanas ofrece la posibilidad de visitar la mayor concentración de rockets, bazokas, tanques, jeeps y camiones, todos ellos restos de la guerra con la Libia de Gadaffi. Además si la suerte acompaña, como fue el caso ofrece numerosas posibilidades de encontrarse con algunas de las caravanas de sal que van y vienen desde el Wadi Dum. Tras nuestro encuentro con los nómadas Azahawa, continuamos viaje por la ruta de los pozos al encuentro de nómadas Arabes y nómadas Daza a los que también encontramos en algunos de los numerosos pozos de la ruta
La gran manada de elefantes del lago Chad
Para terminar viaje nos acercamos a la cuenca del lago Chad en busca de la gran manada de elefantes. Esta vez la suerte no nos acompaño y sólo pudimos ver un grupo de unos 10 o 15 elefantes a larga distancia. En esos días los elefantes habían destrozado alguna aldea y la población local había atacado a uno de los elefantes más agresivos, dándole caza con la autorización del gobierno chadiano. Con estos acontecimientos la gran manada de elefantes de había divido en dos y andaban nerviosos y esquivos.
La región del lago Chad es zona de pastoreo de diferentes grupos nómada Arabes, Peuls, Kanembeu, etc. Tras pasar la noche en un gran campamento semi-nómada de Fulanis Weila, retornamos a NDjamena donde nos esperaba un buen hotel con piscina y un buen reposo.
Viajes a Tibesti
Si quieres viajar a Tibesti o a cualquier parte de Chad, ponte en contacto con nosotros a través del email info@kumakonda.com o a través de Wathsapp en el número +34 635 419 035. También puedes consultar nuestra próxima expedición a Tibesti el próximo año en el siguiente enlace
Expedición a Tibesti y los lagos de Ounianga Kebir
Viaje a Tibesti, el techo del Sáhara
- PRECIO a partir de 3.700€ / 6 pasajeros
- SALIDA N’Djamena, bajo petición a partir de 4 pasajeros
- LLEGADA N’Djamena
- PAÍS VISITADO Chad
- DURACIÓN 21 días
- GRUPO de 6 a 15 pasajeros
- ESTILO DE VIAJE exploración, aventura, 4×4, desierto, senderismo
- TRANSPORTE Toyota Land Cruiser 4×4
Un viaje a la más remota e inaccesible parte del Sahara. Tibesti, el techo del Sáhara. El macizo de Tibesti es un cataclismo volcánico, compuesto de montañas de roca desnuda, llanuras de piedras, ríos de lava, formaciones rocosas inverosímiles, arenales, frondosos oasis convertidos en auténticos milagros de la naturaleza y caminos tortuosos que impiden avanzar a más de 5 kilómetros por hora. Todo ello salpicado de los más impactantes y desoladores paisajes lunares en los que habitan los temido Teda, rudos entre los rudos. Todo ello acompañado de un «ambiente» de auténtica fiebre del oro que hace de esta región, una verdadera última frontera.
Tras casi cuarenta años de tensiones en esta aislada región, donde prácticamente cualquier viaje a Tibesti estaba restringido, una cierta estabilidad posibilita la exploración de este remoto macizo montañoso, conocido como el techo del Sahara. Una expedición para los incondicionales del desierto y de las grandes aventuras.
Situado de la capital N’Djamena a más de 5 días de duro viaje, el Tibesti se extiende en un área similar al tamaño de Austria al norte de Chad, junto a las fronteras de Libia y Niger.
Alrededor de unos 15.000 Tedas, habitantes de Tibesti, viven totalmente adaptados a una de las geografías más duras y remotas del planeta.
Paisajes lunares y profundos cráteres en Tibesti
En este viaje a Tibesti nos centraremos en descubrir los infinitos y espectaculares paisajes que ofrece esta parte del Sáhara. Una completa y variada gama de volcanes, formaciones rocosas, oasis, cañones, ríos de lava, poblaciones tradicionales e imponentes cadenas de dunas esperan al viajero que se una a nuestra expedición.
Si en Chad en general la infraestructura es escasa, en Tibesti es inexistente. Al igual que cuando viajamos a Ounianaga y Ennedi, tendremos que cargar con todo tipo de provisiones para el viaje, pero con una diferencia, durante el viaje a Tibesti pasaremos varios días seguidos sin tener acceso a la compra de alimentos y de cualquier otro producto.
Explorando Tibesti, el Sáhara desconocido
Si el viajero es capaz de aguantar, largos e incomodos días de conducción, cocina básica, temperaturas extremas en el día y la noche, viento incomodo y algunos otros inconvenientes que pudieran surgir durante la expedición, será recompensado con inmensos horizontes, fogatas bajo las estrellas, lugares más propios de otros planetas y el placer de descubrir una región por la que han viajado un muy reducido grupo de occidentales.https://www.youtube.com/embed/jlHWVVv0y_k?feature=oembed
Durante el viaje a Tibesti podremos ver como la fiebre del oro marca la vida de los habitantes del Tibesti. La mayoría de los Teda hace mucho que cambiaron los camellos por Toyotas y por teléfonos vía satélite, dedicándose exclusivamente al negocio del oro.
Muchos otros africanos, originarios del sur y centro de Chad y de otros países buscan su oportunidad en estas montañas, aunque muchos se volverán con las manos vacías.
Todo esto es Tibesti, gente dura, comerciantes y traficantes, poblaciones aisladas, las montañas más altas del Sahara, impresionantes arenales, calderas de volcanes, enormes oasis y algunos de los paisajes desérticos más brutales del mundo.
Lagos de Ounianga Kebir
Saldremos del macizo volcánico de Tibesti por su vertiente nororiental pasando por el hermoso palmeral de Gouro y a continuación Ounianga Kebir, donde podremos rellenar de gasoil nuestros vehículos. Tendremos oportunidad de visitar el lago Yoan y el lago Katam
Algunos puntos de interés en el viaje a Tibesti
- Atravesar la bella zona saheliana rumbo al norte de Chad. Un paisaje salpicado de acacias, nómadas y poblaciones construidas de barro
- Contemplar las camelladas de pastores Arabes y Tubus en el desierto
- Visitar aisladas poblaciones durante el viaje donde habitan los Teda del Tibesti
- Abundante arte rupestre en Tibesti, tanto pinturas como grabados
- Las increíbles formaciones rocosas del cañon de Zouar y Quizin y sus paisajes brutales.
- Recorrer la tradicional villa de Gouro situada en un hermoso palmeral en mitad de dunas y montañas
- Trou de Natron y el descenso al interior de la caldera
- Incontables grabados rupestres como el del yacimiento de Gonoa
- Recorrer los paisajes lunares del Tibesti, divisando los diferentes volcanes como el Tarso Voon, el Tarso Tieroko o el pico Tousside.
- Atravesar impresionantes cadenas de dunas
- Visitar los lagos de Ounianga Kebir (grande)
- Atravesar la ruta de los pozos
- Mao, la ciudad medieval del oeste de Chad
- Visitar los numerosos restos de la guerra con Libia